“Leonel Rugama” el Sandinista que nació, vivió y murió como los santos

Por: Bryan Dávila En 1969, Leonel Rugama escribió una breve nota autobiográfica en la que detalló junto a su fecha y lugar de nacimiento, su identidad histórica: “Nací el 27 de marzo de 1949, en un valle al Noreste del departamento de Estelí, Nicaragua, Centro América. Cuando Leonel Rugama nació en las montañas que Sandino denominó “templo de la libertad”, hacía 15 años que Somoza había asesinado al General de Hombres Libres, era prohibido usar su nombre sin los adjetivos calificativos oficiales “bandolero” o “asesino” y la dictadura somocista se estaba consolidando. A esa realidad social es a la que entra Leonel, y es precisamente a la que se revela y lucha en contra de ella para cambiar el rumbo del devenir histórico. Sandino había sentenciado veinte años atrás: “Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”, y en esa sucesión histórica se encontraba Leonel Rugama, el sandinista que nació, vivió y murió “como los santos”. La condición de extracción rural y campesina le permite a Leonel una especial conexión para interpretar la realidad de su país y en la misma nota autobiográfica expresó: “De mis familiares tendré que decir: desciendo de pobres familias, aunque honorables. Mi padre es oficial de carpintería y mi madre maestra empírica”. Por su parte, doña Cándida Rugama, madre de Leonel, en el libro “Leonel Rugama, el delito de tomar la vida en serio” relató el natalicio de su hijo: “Era yo maestra en Las Labranzas, un vallecito alto que hay subiendo la montaña al Noreste de Estelí, y allá conocí al que sería mi marido, Pastor Ángel Rugama Pérez, que trabajaba la agricultura como jornalero ganándose sus centavitos. Lo conocí en 1941. Estaba él bien jovencito. Yo era un poquito mayor, pero él se vino enamorando y a los cinco años contraje matrimonio con él. Treinta años tenía yo entonces. Yo seguí de maestra y él siempre trabajaba como campesino obrero”. En 1947 me trasladaron a otro vallecito cercano, llamado El Coyolito. Después pasé muy pronto al valle de Matapalos, y ahí nació Leonel. Nació el 27 de marzo de 1949, que era día domingo, a las siete de la noche, en casa de unos parientes de mi marido, Santiago Rugama y Josefa Rugama. Fue una partera la que me asistió, Clotilde Galeano. Como no había posibilidad de tomarle el peso, le calculamos unas ocho libras; gordito, rosadito… ¡yo lo miraba tan bello! A mí me gustaba el nombre de Danilo, pero le informé a mi hermana Celia y ella me dijo que, por haber nacido en marzo y cerca del día de San José, le gustaba más el nombre de José Leonel. El papá no intervino, porque ya él le había escogido el nombre a la niña (María de los Ángeles, ya que nació el 25 de marzo, día de la Anunciación a María). Al fin, pues, al varón le pusimos el nombre de José Leonel. Y como el papá era Rugama y yo también soy de apellido Rugama sin ser familia nosotros dos, nuestro hijo se llamó José Leonel Rugama Rugama. Tanto mi marido como yo éramos muy religiosos, y justo al mes de nacer Leonel, vinimos a Estelí a bautizarlo. No había carretera, sólo sendas de animales […] Bautizamos a Leonel en lo que entonces era la Parroquia del Rosario, que después la elevaron a Catedral de Estelí. Su madrina fue la señorita Miriam Castillo Fajardo; ella fue la madrina de todos mis hijos. El sacerdote que lo bautizó se llamaba Víctor Manuel Soto. Después de bautizarlo, regresamos a Matapalos y allí tuvimos a Leonel siete meses más. Después de esos siete meses, Leonel en su nota autobiográfica dice que fue “trasladado a la ciudad de Estelí en febrero de 1950”, donde fue criado junto a sus hermanas, por su abuela materna. Doña Cándida termina su testimonio diciendo que cuando ella llegó a vivir a Estelí “Leonel iba a cumplir pronto sus once años, y ya estaba dispuesto a marcharse para emprender su vida”. Leonel explica en su nota autobiográfica: “En 1962 fui a la ciudad universitaria (León) donde aprobé el último grado de primaria, obteniendo el segundo lugar en clases, 1962-1966 estudié secundaria en el Seminario Nacional de Managua. Terminé mi último curso de secundaria en el Instituto Nacional de Estelí, obteniendo el primer lugar en clases”. En 1967 Leonel se integró al Frente Sandinista de Liberación Nacional y pasó a la montaña, donde además se dedicó a escribir poesía. Por orientación del FSLN se trasladó a León, donde se matriculó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León), integrándose al Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Sus primeros poemas fueron publicados en un suplemento semanal de un periódico nacional. “La tierra es un satélite de la Luna”, se ha considerado como uno de los más difundidos de la poesía latinoamericana, José Coronel Urtecho expresó que es “el poema nicaragüense más difundido en el mundo”, y en 1975 editaron en Cuba la antología de Leonel Rugama, Asalto al cielo. En la Universidad de León (UNAN León) se encontró con Omar Cabezas, quien en el capítulo 2 de su libro “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde”, recuerda a Leonel como su primer responsable en el FSLN: Juan José me palmeó la espalda y me sonrió. “Bueno —me dice Juan José—, entonces te voy a poner en contacto con alguien tal día a tal hora. En la esquina opuesta a la iglesia de Zaragoza va a pasar un muchacho bajito, como de veinte años, que tal vez lo conozcás, pelito crespo, corto, para atrás con unos anteojos que parecen de soldador, con un puente dorado… él te va a decir: “¿Vos sos Omar Cabezas?” y vos me le vas a responder: “Sí, sí, si, el mismo de San Ramón’.” Yo fui al punto. Entonces el tipo pasó y me dijo: “¿Qué hay Omar?”, como si fuéramos viejos conocidos. Yo era la primera vez que lo

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