Salomón de la Selva, vanguardia del pensamiento político comprometido

Por Bryan Dávila

El 5 de febrero de 2024 se conmemoró el 65 aniversario del paso a la inmortalidad del poeta, narrador, periodista, catedrático, político, sindicalista y diplomático Salomón de la Selva Escoto, mientras ejercía funciones diplomáticas en Francia; la causa de muerte fue un infarto. Hijo de Salomón Selva Glenton y Evangelina Escoto Baca. Es considerado uno de los tres más grandes poetas después de Rubén Darío, junto a Azarías H. Pallais y Alfonso Cortés.

Nació en León el 20 de marzo de 1893. Después de estudiar primaria en su pueblo natal, el gobierno del General Zelaya le otorgó una beca para estudiar en Estados Unidos, en 1906, pero se la suspendieron con el cambio de régimen en 1910. Retornó a Nicaragua porque ese año falleció su padre, sin embargo, con ayuda del Dr. Luis H. Debayle, regresó a Nueva York, y permaneció en Estados Unidos hasta 1921.

Estudioso y admirador de Rubén Darío

Salomón de la Selva fue traductor de Rubén Darío, su exégeta y admirador. En 1914, cuando Rubén Darío llegó a New York, Salomón de la Selva fungió como su secretario e intérprete, durante los cinco meses que Darío permaneció en esa ciudad.

Por su parte, Salomón de la Selva inició su labor de traductor de inglés a español con la obra Eleven poems of Ruben Dario en 1916. También en 1961 publicó Tres Poesías a la manera de Rubén Darío. Es decir, durante toda su vida, Rubén Darío representó una propuesta vital, ética y estética:

“En la obra de Rubén Darío, verdadera enciclopedia de nuestra América, se resume y compendia cuanto pensamos y sentimos, cuajan las esperanzas que nos impulsan, palpitan como corazones asustados nuestros miedos, dan alaridos nuestras ilusiones perdidas, abunda todo lo que nos deleita, y desfilan musical y multidonosamente las realidades y las inrealidades de nuestro vivir, las angustias y las glorias, los hallazgos y las fugas, los amores y los odios, y hasta los orgullos patrios y las miserias de nuestras ciénagas civiles”.

Antiimperialista y defensor de la causa sandinista

Salomón de la Selva no solo estuvo en la vanguardia literaria, sino que también en la vanguardia del pensamiento político con voluntad y conciencia revolucionaria y latinoamericanista. A pesar de haber sido formado académicamente en Estados Unidos, estaba consciente que su patria, ocupada militarmente por la marina yanqui, había perdido la soberanía, se había convertido en un protectorado de Estados Unidos, en una neo colonia. Esto significó la enajenación de la Banca Nacional, de las aduanas, del ferrocarril, toda esta contradicción lo llevó a oponerse a la política exterior del país donde residía hasta 1921, cuando se trasladó a vivir a México.

En la Acróasis en defensa de la cultura humanista, Salomón dijo:

“Los Estados Unidos eran para mí, por causa de los filibusteros que asolaron a los países de Centroamérica, por causa de la mala guerra de conquista que le hicieron a México, por causa de sus intervenciones armadas, de su política del Big Stick y de la Diplomacia del Dólar, si no la barbarie enteramente, por lo menos la encarnación del imperialismo materialista de rapiña. Llevaba yo por eso, no sólo bajo el brazo sino entre los pliegues de mi cerebro juvenil, el Ariel de [José Enrique] Rodó, e íntimamente me había hecho la voluntad de no dejar que el Calibán anglosajón venciera en mí la espiritualidad latina de mi estirpe nacional. Lo mejor de mi adolescencia fue el despertar a la verdad de estas cosas”.

El ex canciller de Nicaragua, padre Miguel d´Escoto Brockmann, cuyo abuelo (Félix Escoto Baca) fue hermano de la madre del poeta De la Selva, (es decir, sobrino del poeta De la Selva), en 1984, ejerciendo funciones de Ministro de Relaciones Exteriores prologó un opúsculo para conmemorar el 50 aniversario del asesinato de Sandino, en el que se incluía un poema de Salomón titulado Sandino: Free Country or Death (Sandino: Patria Libre o Morir). En el prólogo el Padre Miguel expresaba:

“Entre los intelectuales nicaragüenses que apoyaron y difundieron la lucha de Augusto C. Sandino (1895-1934), figuró en primera línea Salomón de la Selva (1893-1959). Formado en Estados Unidos, De la Selva inició en julio de 1927, en Washington, una tenaz campaña contra la política intervencionista del gobierno de Estados Unidos en su patria […] Esta actitud la mantuvo con virulencia tanto fuera como dentro de Nicaragua hasta 1934 y en diversas publicaciones periódicas: The Nation (1928) de Nueva York, La Tribuna y La Prensa (1928-1929) de Managua; Repertorio Americana (1930-1932) de San José, Costa Rica y Digesto Latinoamericano (1933-1934), revista bilingüe que fundó en la capital de Panamá”.

El 10 de octubre regresó a Nicaragua, y tal como expresaba el padre Miguel, entre 1928 y 1929 apoyó la gesta de Sandino contra la intervención norteamericana con una serie de artículos en los diarios La Tribuna y La Prensa, por lo que José María Moncada (en ese momento presidente de Nicaragua) lo expulsó del país el 5 de octubre de 1929 y se traslada a Costa Rica y luego a Panamá.

En 1934, el asesinato de Sandino, lo conmovió profundamente y redacta su novela Pueblo desnudo o la guerra de Sandino que simboliza un “testimonio de la intervención yanqui en Nicaragua, una denuncia del entreguismo de la burguesía de la época, una exaltación de la lucha de Sandino al frente de su pequeño ejército loco”.

Para 1945, Salomón de la Selva ese Soldado desconocido de la primera guerra mundial, pero reconocido en la Gesta de Sandino, escribió una carta-poema a Henry L. Stimson, (quien fue enviado especial de Estados Unidos a Nicaragua para el Pacto del Espino Negro y quien además había asesorado la idea de lanzar las bombas atómicas sobre Japón) aquí un extracto de su carta-poema:

MI QUERIDO Mr. Stimson:

[…]

¿Para qué sirven los fantasmas en el repique de la ruina?

Pero doy gracias a Dios en este momento que canto

a Sandino, a quien usted juró sellar con la muerte.

Recuerde, señor, el tiempo cuando cruzaba

mi tierra natal con pasos hitlerianos,

hablando como Gobbels. Bien, gracias a Dios

usted ha cambiado el rumbo de las órdenes.

Mas entienda, señor: Sandino lo ha vencido,

aunque usted respire aun y él yazga bajo la tierra.

Lo que él defendió usted debe defenderlo ahora

y si no es capaz de hacerlo, está arruinado.

Lance a sus muchachos al fin del mundo

y pida a Dios que cada uno sea un Sandino.

Entonces su guerra será noble y bien ganada

y en el Juicio Final, Sandino le reconocerá como amigo.

[…]

Se ha convertido usted en un viejo lleno de rencores.

Digo yo que fue Sandino el que lo hizo hombre.

Si bien juró matarlo, ya se ha arrepentido usted

que no veía y ahora ve.

Sandino no fue un hombre que pudiera ser asesinado.

Usted debió penetrar sus ojos-en cuyas

profundidades la libertad se encendía, los relámpagos

silenciosos que eran sus labios: ¿cómo podría morir?

[…] Yo sé, habiéndolo conocido, que no era su enemigo

sino el fuego para quemar su estupidez.

[…]

Después de su muerte en Francia, el cuerpo de Salomón de la Selva fue traído a Nicaragua y sepultado en la Catedral de León, en la que yacen también los restos de Rubén Darío y Alfonso Cortés.

A 65 años de su paso a la inmortalidad, su vida y poesía comprometida sigue siendo objeto de estudio, y sin lugar a dudas, pertenece al panteón de los hombres y mujeres que son orgullo de la patria.

Fuentes

Salomón de la Selva, Antología Mayor: (acróasis y selección de Julio Valle Castillo), 1era. Ed. Managua (2007).

Augusto Puertas (2014) La espiritualidad de Sandino el último profeta. Rosa de los vientos ediciones, Managua.

© 2024 | Todos los Derechos Reservados | Redvolución

© Todos los Derechos | Reservados | Redvolución