Tomás Borge Martínez, Poeta, escritor, periodista, diplomático y Comandante de la Revolución Sandinista, nacido el 13 de agosto de 1930 “al pie de una montaña cerca al río Matagalpa” como dijera él mismo, en su poema Álbum Familiar.
Según el historiador Dr. Aldo Díaz Lacayo, el Comandante Tomás Borge, fue hijo del librero Tomás Borge Delgado, quien a su vez, era tío en segundo grado del General Augusto C. Sandino, aunque Tomás adquirió conciencia de su parentesco con Sandino hasta en 1950 cuando se trasladó a vivir a la casa de su padre en Managua.
A los trece años de edad Tomás Borge Martínez se integrara a la lucha contra la dictadura de Somoza, lo que le costó persecución, exilio, encarcelamientos y torturas. Desde muy temprano, con tan solo 16 años de edad dirigió los periódicos Espartaco y Juventud Revolucionaria, posteriormente ya en 1950 dirige El Universitario, demostrando su vocación por la escritura, lo que lo llevó a publicar varias obras literarias, entre las que destacan: La Paciente Impaciencia (Premio Casa de Las Américas, 1989), Un grano de Maíz. Conversación con Fidel Castro (1992), El arte como herejía (1991) y dos poemarios; La Ceremonia Esperada (1990), y A la sombra de un grano de sal (2009), libros que cuentan con ediciones dobladas a más de una decena de idiomas.
En 1956, después que el poeta Rigoberto López Pérez ajusticiara al tirano Somoza García, Tomás fue acusado de complicidad y condenado a nueve años de prisión. Sin embargo, en diciembre de 1958, por esfuerzos del movimiento estudiantil de León dirigido por Carlos Fonseca Amador, se logra la libertad de varios compañeros, entre ellos la de Tomás.
Sobre este acontecimiento, el poeta Edwin Castro Rodríguez, también prisionero por el ajusticiamiento a Somoza, externa a Carlos Fonseca su sentir en una carta fechada el 5 de enero de 1959 y que se lee de la siguiente manera:
Mi apreciado Carlos: No te equivocas al creer que la libertad dada a los tres compañeros para navidad, fue motivo de alegría para mí […] por supuesto, que esa alegría no estuvo del todo desprovista de cierta tristeza que se retrataba en los ojos de Tomás, y seguramente en los míos, aun cuando ambos tratábamos de ocultarlo. D
Después de dos años donde la amistad se fortificó hasta llegar a ser una completa hermandad, es difícil separarse; y provocaba en mí esa tristeza, el que yo me quedara preso, no; hubiese sido igual si los papeles se hubieran invertido.
Lo que duele, es la separación de quien ha sido el mejor compañero, de quien en estos dos años de intima convivencia se ha ganado todo mi fraternal cariño; en dos sencillas palabras: del hermano. Cuando hay afecto las despedidas son siempre dolorosas […] Al salir en libertad se vio abrigado a salir del país y exilio fundó y dirigió “Juventud Revolucionaria” y, en 1961, junto a Carlos Fonseca, Noel Guerrero, Silvio Mayorga y otros revolucionarios fundan la organización que junto al pueblo lograría el triunfo revolucionario, el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Es todo un proceso que él mismo comandante Tomás narra en primera persona en su libro La Paciente Impaciencia. Desde entonces participó en los principales hitos históricos de la lucha sandinista, Raití y Bocay (1963) y, Pancasán (1967) donde fue nombrado Comandante de la Revolución.
En 1976, luego de un encuentro armado con la GN en el que hubo muertos y heridos, fue capturado en un barrio de Managua cuando su arma dejó de funcionar. Torturado y recluido en aislamiento, fue condenado a 190 años de prisión. Para obtener un tratamiento similar al de los otros presos políticos, realizó una huelga de hambre de 64 días.
Fue puesto en libertad gracias a las negociaciones del Comando Sandinista que se tomó por asalto el Palacio Nacional, el 22 de agosto de 1978. Posteriormente participó activamente en la insurrección final e integró la Dirección Nacional Conjunta del FSLN. El 19 de julio de 1979 se encontraba en León, primera capital de la Revolución, donde se había constituido un gobierno provisional, después de la derrota de la dictadura somocista.
En esa ocasión presenta al pueblo de Nicaragua al Comandante Daniel Ortega como miembro de la aludida Junta de Gobierno, en los siguientes términos: Es una extraordinaria satisfacción y, además, un gran honor, presentar por primera vez ante el pueblo nicaragüense, ese pueblo que se ha ganado el derecho de ser considerado como uno de los pueblos más heroicos de América Latina, a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
Daniel Ortega es un viejo militante del Frente (aunque él no es viejo), ha demostrado una firmeza revolucionaria a toda prueba, es un compañero que nosotros queremos y respetamos profundamente y NO es una casualidad que el Frente Sandinista de Liberación Nacional lo haya designado para formar parte de la Junta de Reconstrucción Nacional.
Si hay alguien de verdad a quien nosotros respetamos, es a Daniel Ortega. Las palabras visionarias del Comandante Borge sobre la dirección del Comandante Daniel Ortega al frente del las transformaciones revolucionaria del país, las mantuvo firme hasta el día de su muerte el 30 de abril de 2012. El 19 de julio de 2010 le dedicó su poema El Futuro, que, entre otras cosas, algunos de sus versos dicen: El futuro hermano viene será recto verdadero sin intruso.
El futuro viene hermano se acerca despacio, pero viene.
A 11 años de su paso a la inmortalidad, el pensamiento y la acción del Comandante Tomás Borge sigue guiando el proceso inédito de la Revolución Sandinista en todas sus etapas. Sus elocuentes palabras que agitaban las masas aun conmueven los corazones de la militancia Sandinista. “¡Aquí está Tomás abriendo caminos!”
Fuentes: • Borge, T. (2013) Poesía Clandestina Reunida. Edición por Marcela Pérez Silva. • Borge, T. (1992) Un grano de Maíz, conversación con Fidel Castro. Fondo de cultura económica, México. • Castro, E. (2009) ¿Y si no regresara? Grupo editorial Lea, Managua, Nicaragua. • Díaz, A. (2012) Tomás Borge In memoriam.
Por: Bryan Dávila